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Inflamación Intestinal

  • Foto del escritor: Laura Galán
    Laura Galán
  • 25 jul 2017
  • 2 Min. de lectura

¿Sientes una estampida de caballos en tus intestinos?

Los espasmos, el dolor, el sangrado y la diarrea pueden significar que tienes un padecimiento inflamatorio en esa área. Dos de las afecciones más comunes son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

¿Qué es eso que sientes en tus intestinos? Algunos síntomas como los mencionados anteriormente tal vez indiquen que padeces una enfermedad inflamatoria intestinal (EII), un nombre que designa varios trastornos que inflaman los intestinos.

La enfermedad de Crohn provoca úlceras en los intestinos delgado y grueso y, a veces, alrededor del recto. Su inflamación puede extenderse a otros órganos vecinos, como la vejiga o la vagina, a través de una conexión anormal llamada “fístula”. Otros síntomas de esta enfermedad son la disminución del apetito y la pérdida de peso. Aunque todavía no existe una cura, los medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor y, a veces, incluso causar una remisión.


La colitis ulcerosa afecta sólo la pared interior del intestino grueso y el recto. Existen varias clases. La proctitis ulcerosa, caracterizada por sangrado rectal y una sensación de urgencia, incluso cuando no tienes que ir al baño, se circunscribe el recto. La colitis izquierda (va desde el recto hacia la parte izquierda del sigmoide y el colon descendente) y la pacolitis afecta todo el colon y tienen como síntomas diarrea con sangre, espasmos y pérdida de peso.

La EII puede llegar a ser muy grave si no se controla con medicación y cambios de estilo de vida; sin embargo, tanto la enfermedad como el dolor que produce pueden tratarse.


Si presentas alguno de los síntomas antes mencionados, es muy importante que acudas a tu médico, el sabrá evaluarte y darte un adecuado diagnóstico.


No obstante, existen algunas recomendaciones generales que pueden ayudar y que se centran en la modificación de ciertos hábitos en el estilo de vida como son:

Incrementar el consumo de frutas, cereales integrales y vegetales.

• Aprender a identificar los alimentos que te hacen daño y evitarlos.

• Moderar el consumo de grasas, productos derivados de la leche e irritantes del aparato digestivo como café, tabaco, picante, alcohol y bebidas gaseosas.

• Beber abundante agua simple.

• Reducir los niveles de ansiedad y estrés mediante técnicas de auto relajación y prácticas deportivas constantes.

• No ingerir alimentos en lugares con higiene deficiente, con el fin de evitar el contagio de bacterias y parásitos perjudiciales.

• Evitar el uso durante un largo plazo de medicamentos que puedan irritar el estómago.

• No pasar periodos largos de ayuno.


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